jueves, 28 de febrero de 2013

De Llodio a Etxebarri, por las nieves del Pagasarri

Es tiempo de nevadas, y la que está cayendo últimamente en ésta mi tierra ya es de considerable dimensión. Consciente de ello, y sin necesidad de irme lejos ni mucho menos para hartarme de nieve, me acerco hasta la localidad alavesa de Llodio y ascender por el camino de la ermita de Santa Lucía hasta la base del Ganekogorta, y una vez allí, tomar la decisión de cumbre o bordeo hacia Pagasarri por el camino de la fuente del Espino.
El destino final es Etxebarri, con lo que me esperan unas cuantas horitas...

Estamos a 25 de febrero y se puede decir que es la primera gran nevada de la temporada en Euskadi, cubriendo de blanco todo lo que está por encima de 100m sobre el nivel del mar. Laudio/Llodio se encuentra a unos 260m y, gracias a la carretera limpiada por las máquinas, camino por asfalto hasta el desvío al Ganekogorta en el barrio de Isasi.
Carretera ésta bastante empinada para ser el comienzo de la ruta, lo que obliga a tomárselo con calma. Además, tampoco me apetece sudar desde el minuto uno. Seguramente no me quitaré el abrigo en toda la ruta hasta Etxebarri.
A eso de las 9.45h llego a Santa Lucía y el asfalto se acaba, me desvío por lo que en otra época del año es una gran pista, ahora cubierta de nieve virgen que disfruto siendo el primero en "desvirgarla". Un perro se me ha adelantado, por lo que observo. Se lo habrá pasado en grande, seguramente.
Echo una primera foto al Gallarraga (izq.) junto con la loma que la conecta al cordal del Ganeko, Arrabatxu, Pagero, etc. A veces las nubes bajas lo cubren, espero que cuando esté a esa altitud no me engulla del todo.
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La nieve está en buenas condiciones para ser pisada con botas, ya que no llevo raquetas, al menos no me estoy dando la paliza, de momento... Muy blanda, pero seca. Me nieva a ratos. Tengo calor, pero es soportable, mejor porque tampoco está el tiempo para ir desabrigado.
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La pista se suaviza a medida que gano metros, pero la nieve va arreciando y esto está cada vez más cubierto, me da que no voy a volver a ver el cielo a partir de éste punto, como la vez pasada en el Gorbea. Joder, qué mala suerte la mía
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Pero la estampa que me rodea es impresionante, me digo a mí mismo que es la primera vez que disfruto de tanta nieve tan cerca de casa, quizá de txiki, allá por el año 87 cuando cayó una gran nevada pues recuerdo Etxebarri con un espectacular manto. Pero vivirlo aquí en los "montes de Bilbao", desde luego que no. 
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Me cruzo con un grupo de vacas y varios ternerillos, éstos estarán flipados con el paisaje. Los ganaderos tienen que subir hasta aquí varios fardos de paja para que pueda alimentarse el ganado.
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Llego al cruce donde debo decidir si intentar el Ganekogorta o bordearlo... La hora aún no me preocupa pero acabo de cruzar un tramo sin más huella que la de un caballo y me ha costado un buen rato salvarlo. Aún así, decido subir y a ver qué pasa... Sin huella, sin visibilidad, granizando... pero creo saber la dirección correcta y allá que voy...

Lo que me temía era que me fuera a hundir más de lo imprescindible para caminar sin desfogarme, pero cada paso que doy va a peor, cruzo tramos donde me hundo hasta la cintura, la nieve está muy blanda aunque el pie no se atasca pues no tiene humedad, con lo que continúo poco a poco...
Cojo el sendero que apenas se intuye y continúo ascendiendo, la pendiente se acentúa. El granizo que cae ahora viene acompañado de leve ventisca, y me dificulta un poco más el avance. Es increíble, parece poliespán! 
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Definitivamente, estoy engullido por las nubes, ni claros ni nada... Me paro a descansar un momento, el reloj marca las 11.38h. Tarde para llegar a Etxebarri a comer. Además, ya comienzo a dudar sobre si tirarme más a la izquierda o avanzar recto. Sin esperarlo, un rayo me sobresalta, seguido del trueno. Lo oigo bastante cerca de mí. No me hacen falta más argumentos, decido abortar y bajar de allí.
El jodido poliespán, ayudado por el viento que sopla aquí arriba, borra en pocos minutos mi rastro de subida, pero no es contratiempo, aún se intuye algo y bajo el doble de rápido que al subir.
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De nuevo en el cruce, giro a mi izquierda y me inserto en el coqueto camino de la fuente del Espino. Coqueto en verano, en primavera. Pero hoy es como caminar por una senda de las Rocosas del Canadá en época invernal. Increíble!
Observo que otro avezado mendizale ha dejado sus huellas en el camino. Éste venía en sentido opuesto al mío, desde la fuente hacia Santa Lucía, y supongo que se habrá llevado algo de alegría al ver mis huellas, a pesar de estar semicubiertas por la nieve. Por suerte no pega tanto viento aquí como arriba.

Llego a la fuente, el chorro está visible y le doy un buen trago, ahora que pienso, es el primer trago de agua que me llevo al cuerpo... Me como una barra de chocolate, la foto de rigor para el recuerdo y, tras oir un par de truenos más, continúo camino del Pagasarri. La Fuente del Espino.
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La tormenta es más esporádica pero no deja de nevar. Ésta senda es, como decía, muy coqueta pero larga, y en las presentes condiciones se hace casi eterna, además de no tener referencias más que las que te permite la memoria de anteriores paseos. Hoy la visibilidad no existe. Se atraviesan varios contrafuertes que caen del Ganekogorta. Como ventaja decir que el terreno es llano y uno no se cansa por el desnivel, sino porque hoy al menos, se hace aburrido en cierto punto
Yo me noto algo cansado ya, las huellas del anterior mendizale ya no existen y abro camino a base de zancadas profundas, en su mayoría. Saco fotos del lugar, intento trasladar las sensaciones negativas y ubicar en su lugar la postal que atravieso. No deja de sorprenderme la cantidad de nieve que hay. Es para el recuerdo.
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Eterno, se hace eterno. Blasfemando más de la cuenta, llego finalmente al cruce con la pista que sube desde Zollo y, en pocos minutos, al desvío al Ganeko por el camino principal, que se encuentra con huellas. Por aquí cualquiera sube, pienso, a ver quién es el guapo que lo iba a intentar por mi vertiente, jejeje!

Ya por pista más asequible, arribo al bar del Pagasarri a las 13.15h. Después de un buen café caliente me dispongo a descender por Igertu y seguidamente por el bucólico rincón del Bolintxu para terminar, tras casi 7 horitas de nada, en casa de la amatxu, donde me espera un hermoso y reconfortante plato de alubias, que degusto con calma y mucho placer.

Joder con la mañanera, me encuentro saturado de nieve pero es pensar en la gran suerte que tenemos los que vivimos a cuatro pasos de la montaña y todo lo vivido vuelve a merecer la pena sentirlo de nuevo.
Saludos mendizales!

2 comentarios:

  1. Jornada dura esta, txabalote.
    Cuando la estas viviendo hay veces que jode la situacion, pero ¿y luego, repasando las fotos y el dia, despues de las alubias de ama?

    Bonito relato y bonitas fotos.

    Saludos.

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