El pasado mes de julio, y sin pensarlo demasiado, nos escapamos Andy y yo a Bujaruelo con un objetivo que tengo estancado en mi mente (junto con otros más) desde hace ya bastante tiempo, el Vignemale por el corredor de la Moskowa. Descender por Ossue y regreso por Bernatuara. Tiene que ser la host....
Fue ésta vía la utilizada por una dama inglesa de la época, Lady Lister, junto con el resto de su expedición para la conquista del Vignemale desde el valle del Ara allá por 1838.
Exigente, vertiginosa, sin domesticar e inmensamente gratificante. Todo ésto aplicable a la subida hasta el corredor, que es el punto donde tuvimos que darnos media vuelta por problemas físicos. La verdad es que quizá nos gustamos demasiado a la hora de proponer la montaña, la vía y el reto en general. Pero, a pesar de la no cima, lo disfrutamos verdaderamente.
Montaña: Vignemale, o Comachibosa 3.298m.
Vía: corredor de la Moskowa (II+) desde Bujaruelo, remontando el valle del Ara
Descenso por el mismo camino, sin cumbre (por ahora)
Desnivel positivo: 1.850m. hasta la base del corredor
Este largo día comienza a las 5:30h, hora en la que echamos a andar desde San Nicolás de Bujaruelo, después de pasar una noche muy ventosa. Fresco ambiente que, con las primeras zancadas, se va desvaneciendo. Atravesamos el puente románico
Hacia la izquierda. Si hubiésemos cumplido el objetivo, habríamos descendido de frente varias horas después
Comienza a amanecer por el pico de Otal
Llegamos a la cabaña de Ordiso, cruce de caminos hacia los valles de Ara y Ordiso (de frente en la foto)
Cabaña - cuadra de Ordiso 1.591m. Se puede dormir pero está muy cerda. La pista se vuelve sendero. Continuamos hacia la cabaña de Labaza
Observamos desde aquí el corredor de la Moskowa, bajo el pico Central, como una minúscula línea de nieve entre los neveros que persisten. Está alto. Muy alto.
El valle del Ara, casi vírgen aún en estos tiempos que corren. El desnivel es muy cómodo y ello hace que en dos horas apenas ganemos metros para todo lo que aún nos queda...
Hacia atrás, en el estrechamiento del valle, donde las vacas tienen preferencia de paso
Ya luce el sol en los picos de Mallaruego
El corredor, con algo más de detalle, y el Cerbillona sobre él
Atravesando torrenteras en nuestro largo caminar
Vemos por fin la cabaña de Labaza, aún entre sombras. y el Aratille dominando el percal
Más lógico, quizá, es hacer noche en la cabaña de Labaza, ahorrándose uno dos horitas de paseo desde Bujaruelo. Aunque claro, al día siguiente, te tienes que subir el saco y demás material, y eso ya no mola tanto. Para gustos.
Cabaña de Labaza ó Cerbillonar 1.800m.
Bien. A partir de aquí empieza lo bueno, lo duro, lo mejor y lo peor. Esto es montaña, al fin y al cabo.
Pasamos la cabaña unos metros y nos dirigimos a los contrafuertes a la izquierda del torrente que cae
Encontramos varios hitos pero están algo dispersos. Subimos por donde creemos que es mejor, lo importante es dejar el torrente a nuestra derecha.
Superado un primer contrafuerte, frente a nosotros y muy lejos aún se presenta la pared entre el Central y el Montferrat. Pues allá que vamos.
Mis referencias indican que la subida más cómoda es por la derecha, dirección a los dos neveritos. Una vez subido y bajado, lo correcto creo que es ascender por la izquierda, donde va un sendero tímido que va superando los siguientes contrafuertes
Parece que en la parte francesa tienen mar de nubes. No me da buen rollo...
Aquí nosotros atravesamos el torrente y la nieve y ascendemos por la derecha. Pero ahora opino que es mejor hacerlo por la izquierda, pues existe sendero e hitos. Nosotros perdemos unos cuantos minutos superando una canal de piedra suelta para alcanzar la siguiente terraza
En esas estamos cuando decidimos parar y comer algo, que ya llevamos varias horas de marcha y el espectáculo a nuestra espalda es de órdago a la grande
Desde nuestro avituallamiento
Pico de Otal a la izquierda, destacando. La sensación de altura ya la vamos notando
Abajo queda el valle. La subida por aquí no da tregua alguna. Hay que estar muy convencido de lo que se quiere hacer, seguro y fuerte
Andy evidencia signos de cansancio. Yo no voy sobrado y le gano distancia fácilmente...
Las penurias se olvidan cuando creemos que casi podemos tocar la marmolera del Montferrat que tan lejos lo veíamos no hace mucho. Y es que al final, todo llega y todo pasa
La base del corredor, aún así, sigue estando algo lejos y la aproximación se hace costosa después de todo el desnivel ganado por ahora. Agradecemos el sol que tanto le ha costado alumbrarnos por la orientación del ascenso
El circo a donde llegamos casi seis horas después. Las agujas del Tapou, uno de sus corredores y el Pic Milieu se agigantan desde aquí. Hemos subido mucho y apenas hemos recorrido algo
El último balcón ofrece las más poderosas vistas del Pirineo que uno puede imaginar. Cuesta llegar, pero la recompensa no tiene precio
Las agujas de Tapou y el corredor
Descansamos unos minutos, recuperamos el aire. Creo que hemos superado lo peor, lo más cansino para la mente. Ahora nos queda por afrontar lo técnico, el corredor en sí y la cresta que nos separaría del glaciar, al otro lado; transitamos ya por terreno nevado. Crampones y piolet out
La soledad era ésto
A punto de alcanzar el corredor de la Moskowa, a 2.900m. de altitud.
Estoy solo, mi compañero se encuentra varios metros por debajo. No va bien, apenas gana metros. Miro el reloj y ya soy consciente de que me he excedido en mi pretensión. Es casi mediodía y no me dan las cuentas teniendo en cuenta que hoy hay que llegar a casa. Aunque Andy estuviese pletórico como acostumbra, decido que como mucho coronaremos el Central y vuelta al valle. Como mucho.
Siempre aparece un resquicio de tristeza por no completar algo, pero se vuelve secundario cuando te das cuenta de lo que te rodea. Joder, esto es la hostia, qué grandes son los Pirineos. Y estamos hoy aquí, somos testigos de ello y además sabemos que tarde o temprano volveremos. Grandes y agradecidos
Una foto. Para que éste lugar me recuerde cuando vuelva
Un zoom al inglés que subió una colina y después subió el Perdido, el Mont Blanc, el Elbrus... Grande entre los grandes
Oteo medio Taillón a la izquierda. Las nubes siguen estancadas en Francia. Quizá no hubiésemos podido ver nada al otro lado, quizá hasta hayamos tenido suerte
Nos reunimos y decidimos volvernos. La próxima vez volveremos con algo de ventaja. Ahora nos tiraremos media hora comiendo en la ventana con vistas 360º en la que nos encontramos, y bajaremos sin prisas
Two on the road
Un buen lugar para comer, todo a nuestros pies
El Tendeñera, esa gran olvidada, emerge a la izquierda. Y todo lo demás
Una última a la Moskowa. No nos olvides
No está todo a nuestros pies. Nos dominan los gigantes de la zona, los tresmiles que quisimos atacar por su lado más salvaje. Vértigo hacia arriba
Descendemos, sin prisas puesto que se torna larga. Lo hacemos ahora por la vertiente derecha orográfica, donde encontramos sendero e hitos
Aún queda hasta el valle. El torrente que cruzamos esta mañana
Por fín, en el valle del Ara, otra vez.
No lo mires tanto que no se va a mover de allí
De nuevo en el valle, desandando lo hecho esta mañana en penumbra, ahora con todo el esplendor del verde al sol
Valle de Ordiso
Pico de Otal al fondo
Valle del Ara y su hermoso río de montaña
A pesar de todo, ha sido un palizón. Incompleto, pero palizón. Pero qué contentos estamos!
El búnker que hay cerquita del puente que casi pasa desapercibido.
San Nicolás de Bujaruelo. Inicio y final de muchos caminos. El nuestro, en éste caso, acaba por ahora
Terminamos tras muchas horas, unas 13h más o menos, con remojón de pies en el río y cerveza fresca en Broto. Si bien el verano no me ha sido productivo en excursiones, ésta ruta ha copado mis pensamientos durante todo el estío.
Y el inglés, que tan rápido progresa, se acaba de cascar el Elbrus y sigue sin conocer su techo.
Saludos montañeros!