Un viaje espectacular y altamente recomendable para todo el mundo, en plan alquilar un carro, llevar los sacos y tienda y recorrerlo de camping en camping o en vivac, si hay huevos por eso de la lluvia constante.
Nuestro viaje comienza el 7 junio en Oslo, que nos recibe con buen tiempo. La Karl Johan´s Gate con la txabola de los reyes al fondo
Otra calle chula, comercial
Dormimos en el Anker Hostel, correcto sin más. Al dia siguiente, estrenamos nuestro coche conduciendo hasta el Parque Nacional de Rondane, a unos 300km de Oslo. Paradita para comer junto a un cementerio
Llegamos a Rondane con intención de caminar un par de horitas o tres hasta un albergue. Decir que en todos los parques nacionales (y demás lugares también) hay un montón de rutas balizadas y de exigencia diversa, desde "bidegorris" llanos para txomingeros en chancletas hasta caminos de cabras de alto nivel. Aqui el cielo ya se iba tornando en un gris amenazador
Hasta que se desata la tormenta y pillamos la primera gran chupa de agua nórdica. El paseo nos ha durado una hora...
Oye, Asier, no pretenderías que durmiéramos aqui en medio de la nada, verdad? Pues a decir verdad, sí, pero viendo el panorama nos retiramos a una cabaña en el camping de Otta, muy básica, pero a 250kr qué queremos?
Ésta es la cabaña en cuestión, y ya de paso os muestro el cochecillo alquilado. PAra andar por estas carreteras de Dios, estrechas, serpenteantes, que te suben de cero a 1.300m en casi nada, está muy bien para los amantes de la conducción
Miércoles 9 junio. El cielo, impredecible. Hoy toca llegar al fiordo más espectacular de Noruega, dicen, el Geirangerfjord. Ponemos el tomtom y allá que nos dirigimos. Por el camino, cientos de cascadas nos saludan. Es una constante aqui
Vamos felices por la carretera y nos topamos con esta muralla, es Trollstigen, el "camino de los trolls". Vertiginosa, peligrosa, increíble carretera.
Superado el puerto, a la altitud que nos ha llevado observamos el paisaje circundante... Si abajo hay fiordos, aquí arriba hay lagos, muuuchos lagos, y semihelados la mayoría
Lugares inhóspitos...
Tras unas horas de coche, llegamos a Geiranger con el tiempo en pleno empeoramiento, y el plan inicial de subir a un mirador para contemplar esta maravilla desde arriba, se fastidia porque nos rodearían las nubes. La otra mitad del plan es coger un crucerito que en hora y media te recorre el fiordo mostrando las espectaculares cascadas y comentando el radiocassete del barco la historia de las granjas existentes y los habitantes de la zona. Todo es acojonante, y con sol ya ni te cuento, vamos...
El menda admirando embelesado el paisaje (y en pleno ataque de efectos secundarios de la biodramina)
Como aquí no se puede hacer nada, nos vamos enrabietados hacia la lengua de glaciar Briksdal a buscar cerca un alojamiento. Al menos desde el coche podemos ver algo aunque sea fugaz. Más lagos y paisajes de postal...
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