Este pasado fin de semana, como despedida de mi soltería, decidimos ir tres valientes a coronar el techo de la cordillera de mis queridos Pirineos, el Aneto, y a la vez poder satisfacer el deseo de uno de los "expedicionarios" que acaba de iniciarse en ésto del montañismo.
Puede ser un reto demasiado osado para el amigo Andy, pero la ilusión no se la íbamos a quitar nadie, y le acompañamos en ésta aventura que, estamos seguros, se le quedará grabada para siempre.
Poco que decir del Aneto que no se sepa ya. En nuestro caso particular, la ruta es por la clásica del refugio de La Renclusa, masificada durante el verano, cuasi solitaria un lunes de junio, sol a tope y muchísima nieve. El día anterior dejamos el coche en Llanos del Hospital y dormimos en el refugio para, el lunes, ascender a cumbre y bajar de nuevo a la estación de esquí nórdico.
Llanos del Hospital: 1.758 m.
La Besurta: 1.895 m; 1h.
Refugio Renclusa: 2.140 m; 1.40h
Llanos del Hospital, el cielo está cubierto pero para mañana se esperan cielos despejados!
Comenzamos el paseo de hoy hasta el refugio, pasando por el Plan de Estañ y el Plan de La Besurta.
El Fuji lo dejamos para otro día, que tenemos la cena reservada...
La nieve se acumula en la carretera de la Besurta, poco normal para un 2 de junio.
Le espera una jornada dura mañana...
Llegamos al bucólico Plan de Estañ.
El Valle de Remuñe, si no me equivoco, iluminado por el sol.
Ya asoma el barranco de la Renclusa, por donde subiremos.
En La Besurta, alegría y optimismo ante todo!
De La Besurta, a la que llegamos en una hora, tomamos la senda señalizada al refugio Renclusa, llegamos en 40 minutos.
La nieve ya es continua desde Besurta, y una exigente pala de nieve nos separa del refugio.
El refugio de la Renclusa, con instalaciones de lujo y una cena de órdago.
Andy llegando al refugio, lo de hoy ha sido un ligero entrenamiento, mañana viene lo gordo!
El segundo día, lunes, comenzamos a caminar con raquetas a las 6.50h, el cielo está completamente azul, un hermoso día aguarda...
Refugio Renclusa: 2.140 m.
Portillón Superior: 2.895 m; 3h.
Aneto: 3.050 m; 6h.
Desnivel positivo: 910 m.
Tiempo total invertido: unas 11h hasta Llanos del Hospital, con paradas.
El sol ya alumbra la Maladeta Occidental y el Alba
Vamos dejando atrás el refugio. La ascensión hasta el Portillón Superior se hace larga, mucho desnivel, siendo en esta ocasión una interminable pala de nieve. En verano, las rocas glaciares invaden el terreno.
Una decena de esquiadores nos ha tomado la delantera.
Al superar la primera gran pala de nieve, en el falso llano, nos calzamos los crampones, pues la nieve la encontramos más dura a partir de aquí.
Echando mano de los crampones a la altura del pico de Paderna.
Vamos superando la pendiente mediante curvas; llegando al Portillón Inferior.
Pico de La Mina... en la parte francesa las nubes siguen estancadas.
Aquí el aire es de lo más puro, te deja los pulmones pletóricos.
Nos vamos acercando poco a poco a las inmediaciones del acceso al portillón, a un ritmo lento.
Andy comienza a notar la dureza del entorno...
Maladetas, cargadas de nieve
Subimos más alto del portillón, buscando suavizar la pendiente, y en un momento giramos a la izquierda y llegamos a un pequeño hoyo por encima del paso.
Llevamos ya 3 horas de marcha, paramos a comer y reponer fuerzas admirando el mar de nubes sobre Francia.
Perdermos unos metros, pasando por el pluviómetro, y enseguida nos cruzamos con el portillón superior. La clásica vista del Aneto y su glaciar.
El paso está completamente cubierto de nieve, por suerte hay huella y con los crampones y el piolet en la mano, lo pasamos sin mayores problemas. Coincidimos con 3 de los esquiadores, alguna tiene complicaciones para descender debido a la falta de material adecuado, teniendo que ayudarla para superarlo.
Un apunte: sigue sorprendiéndome, y cada vez más, la falta de seriedad y compromiso de mucha gente para con la montaña. Pero mucho más grave es la ausencia de compañerismo entre montañeros e, incluso, entre componentes de un mismo equipo, como hemos comprobado este día...
Pasado el portillón, tenemos ante nosotros el largo camino a través del glaciar hasta la cumbre, pasando por debajo del pico Coronas, Maldito y del Medio, entre otras menores.
Mirada atrás al portillón. En este tramo, el camino se tumba, dándonos un respiro a nuestras piernas.
Hacia el Pic Salenques y la Tuca Mulleres.
A la altura del Pico Maldito, Andy no puede más. Ha llegado muy lejos, superando la cota 3.000 en un terreno salvaje y desconocido para él. Aún falta el descenso, por lo que decidimos quedarnos aquí los dos mientras el otro compañero alcanza la cumbre (sin pasar el Paso de Mahoma debido al hielo) en una hora.
Huellas de conquistas.
Los privilegiados, tomando el sol a 3.050m.
Subo unos metros para tener una mejor instantánea del Aneto, vestido de blanco de arriba a abajo.
Pico Maldito.
Toño vuelve al cabo de hora y media larga, está muy fuerte, recogemos los bártulos y emprendemos el regreso, encarando de nuevo el portillón.
Cruzando el portillón superior.
Al otro lado del portillón, tomamos una pequeña variante para descender por una canal que fichamos a la subida y tiene pinta de fácil, además, la nieve se está transformando debido al calor.
La canal, desde arriba.
Está apta para bajar, disfrutamos mucho.
Las duras rampas del ascenso, ahora toca bajarlas y vuelven a machacarnos hasta el mismo refugio.
Un recuerdo para la posteridad. En otra ocasión, será mucho más arriba.
Echamos un par de tragos merecidos en el refugio, donde rendimos cuentas, recogemos lo guardado a la mañana y, con un hasta la próxima, partimos la última hora y media de pateo hasta el coche.
El Plan de Estañ, maravilloso.
El río viene de perlas para refrescarnos los rostros.
La postal final. Va por ustedes.
Como bien se dice, la montaña no se mueve de donde está, nosotros vamos a ella y siempre la encontraremos. Para superar un gran reto, hace falta pasar por pequeños retos.
Espero que os haya gustado, saludos!
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